martes, 24 de diciembre de 2013

TEMA 3: el mayor descubrimiento en la historia de la medicina: la penicilina

Bien, voy a informar un poco sobre algo que siempre me ha llamado la atención, ya que es uno de los grandes descubrimientos de la historia, que cambió el mundo, principalmente en la humanidad y en el desarrollo de la medicina: la penicilina.
Esta sustancia fue descubierta en 1928 por el médico escocés Alexander Fleming, especializado en bacteriología, que durante su vida se dedicó sobretodo al estudio de las enfermedades infecciosas. Esto le conllevó a la búsqueda de sustancias que destruyeran los microorganismos infecciosos, sin afectar a las células del paciente. De hecho, descubrió la lisozima por equivocación. Cuando las mucosidades de un enfermo al toser cayeron sobre un cultivo de microorganismos infecciosos, Fleming observó que la mayoría de los microorganismos habían desaparecido debido a la intervención de la lisozima y dedujo que se trataba de un mecanismo de defensa perteneciente a la saliva.
Pero Fleming no se conformó con tal descubrimiento, sino que siguió buscando sustancias que destruyeran los microbios sin dañar al paciente y que fueran más eficaces y fáciles de obtener que la lisozima.
Así, Fleming comenzó a estudiar el mercurucromo, sustancia que eliminaba los estreptococos; pero para ello, debía ser consumida en cantidades que el ser humano no podía soportar. Le encargaron hacer un trabajo sobre bacteriología y para ello realizó investigaciones, en las que estudió profundamente los microbios.
Un día, mientras trabajaba con cultivos de bacterias, Fleming descubrió una mancha de moho misteriosa alrededor de los estafilococos, y dedujo que este moho producía una sustancia que detenía el desarrollo de estas bacterias, por lo que también evitaba el desarrollo de algunas de las enfermedades más relevantes y graves de la época. A través de varios experimentos Fleming descubrió que se encontraba ante un fenómeno de antiobiosis: el hongo producía una sustancia que mataba a los microbios sin dejar rastro de ellos; dedujo que el hongo se trataba de Penicillium Chrysogenum, pero años más tarde Charles Thom descubrió que se trataba de Penicillium Notatum. Bautizó a la sustancia con el nombre de penicilina. Una vez detectada dicha sustancia, decidió aplicarla a la práctica, y a través de varios experimentos, observó que el "zumo de moho" no producía efectos tóxicos en seres superiores, como los ratones. Flemimg aseguró que esta sustancia no podría ser empleada sin ser purificada, y por ello envió a varios bioquímicos para que extrajeran la penicilina de la disolución, pero fueron incapaces.
En torno al año 1935, Chain y Florey (científicos de la época) realizaron múltiples investigaciones hasta que por fin consiguieron purificar la penicilina mediante liofilización (proceso por el cual se separa el agua de una cierta sustancia mediante congelación y sublimación para dar lugar a un material esponjoso y disolvente). Así, Chain consiguió diluir la disolución en agua, obteniendo una penicilina parcialmente purificada. Comprobó que la penicilina, en efecto, tenía la maravillosa propiedad de matar a los microbios sin dañar al paciente.
Tras oír las últimas noticias, Fleming decidió visitar a Florey y a Chain, y después de innumerables pruebas, consiguieron cultivar Penicillium en los Estados Unidos, para más tarde obtener grandes cantidades de dicha sustancia, especialmente para realizar tratamientos con enfermos.
 En 1942, Fleming realizó la primera  prueba terapéutica con la nueva penicilina purificada: inyectó dicha sustancia en un amigo suyo que padecía meningitis estreprocócica, enfermedad sobre la que no hacían efecto ninguno de los tratamientos utilizados en la época. Al poco tiempo de la prueba, el enfermo se recuperó totalmente.
Este caso tuvo un gran éxito en el ambiente médico, y a partir de ese momento, se realizó la fabricación de penicilina a gran escala, con permiso de las principales firmas farmacéuticas, y así comenzaron las curaciones tan inesperadas de enfermos que padecían grandes infecciones en las que se pensaba que no había curación posible.
La penicilina comenzó a adquirir gran importancia, pues salvó la vida de millones de personas en todo el mundo, especialmente la de los heridos de la Segunda Guerra Mundial. Este gran éxito convirtió a Fleming en la persona más admirada de su época, siendo recibido como un héroe en todos los países que visitaba.
Hay quien afirma que era la persona que más vidas había salvado, por lo que se le considera como uno de los principales científicos de toda la historia. Y por ello, en 1945, Fleming fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina, junto con Florey y Chain.

No obstante, la penicilina resultó inútil contra ciertas enfermedades, como la tuberculosis, que era una de las enfermedades más comunes. Pero, cuando se encontró una posible cura para esta enfermedad, se produjo una batalla por el dinero, la fama y los Premios Nobel.
Por aquel entonces, Selman Waksman estudiaba los microbios existentes en el suelo. Pues bien, estaba totalmente convencido de que la cura de la tuberculosis se encontraba en el mismo suelo que él estudiaba. Waksman y su equipo, Elizabeth Bugie y Albert Schatt pretendían aislar microorganismos que produjeran sustancias químicas, las cuales matarían otros microorganismos. Investigaron durante tres años nuevos antibióticos, y finalmente, en 1943, Albert Schatt descubrió un moho capaz de curar la tuberculosis, llamado estreptomicina. Se produjeron varios conflictos, principalmente por dinero, pero la estreptomicina logró salvar numerosas vidas.
En 1952, únicamente fue Waksman quien recibió el Premio Nobel de Medicina. Se le considera como uno de los grandes benefactores de la humanidad. 








1 comentario:

  1. Pues si, Fleming es la persona que más vidas ha salvado en toda la historia... y gracias a un moho igual que el que sale en el pan o las naranjas.

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